Querer ser mamá y no conseguirlo

Infertilidad

Querer ser mamá y no conseguirlo

Según un estudio realizado por el Centro de Estudios Demográficos de la Universitat Autónoma de Barcelona entre un 25% y un 30% de mujeres nacidas cerca de 1975 no serán madres (Esteve, Devolver, Domingo; 2016). Es mi generación, y conozco estos datos de cerca, pero intuyo que este porcentaje en estos momentos ha aumentado. El porcentaje de mujeres para las que no ser madre es una elección es del 2% al 5%. Por tanto, el resto de las mujeres que completan esa cifra no verán cumplido su deseo de maternidad.

Entre las mujeres a las que les gustaría ser madres y no llegarán a serlo, por un lado, tenemos ese grupo que pertenece al 30%  que inician tratamientos de  reproducción asistida y que no conseguirán tener hijos/as. Hay un proceso que atravesar que implica apoyo psicológico: es necesario reformular el proyecto vital, transitar el duelo, al que van conectadas otras pérdidas ligadas a la fertilidad. También el trabajo psicológico de reconstruir la identidad y  la autocompasión, recuperar el vínculo con la pareja, entre otros. También es necesario reparar heridas, ya que poco se habla del impacto y el desgaste que conlleva el paso por los tratamientos de reproducción asistida a nivel físico y emocional, en lo personal y en la pareja, si la hay.

Por otro lado, existe un grupo de mujeres a quienes las circunstancias personales, económicas, y de vida, no les permitirán tener la opción de ser madres. Las desventajas socioeconómicas y la desigualdad están condicionando la vida de las mujeres en todos los aspectos, este no podía ser menos.

Quiero partir de dos premisas al hablar de este tema tan espinoso dentro del feminismo. Por un lado, la maternidad y la no maternidad deberían ser elecciones libres y deseadas o no deseadas. Todas las decisiones que tomamos implican renuncias, y está también.

Por otro lado, un deseo no es un derecho. Por tanto, adelante con las decisiones meditadas, la gestión de las frustraciones de lo que deseamos pero no logramos, transitemos los duelos que sean necesarios y grabémonos a fuego que cada opción me lleva a un lugar distinto, diferente. En consulta, acompaño a mujeres en procesos de elección. Ser o no ser mamá puede ser todo un camino de consciencia y reflexión a transitar.

Hay todo un análisis sociológico y psicológico pendiente (que sea desde una perspectiva feminista, por favor). El ajuste de los proyectos reproductivos y de las exigencias profesionales del paradigma neocapitalista, se ha convertido en la cuadratura del círculo de nuestras sociedades. El desempleo, el trabajo precario, el difícil acceso a la vivienda, las circunstancias económicas, la falta de apoyo institucional a los cuidados que sobrecarga a las mujeres y las empobrece, las dificultades sociales que nos llevan a criar en soledad, la falta de corresponsabilidad y el compromiso en las relaciones de pareja, el sesgo de género en la salud sexual y reproductiva,  etc. Hemos puesto en las espaldas de las mujeres un peso que corresponde más a una responsabilidad social compartida.  Parece que todo se explica por las edades avanzadas de las madres, que la causa de todo está aquí. Preguntémonos que está pasando para que esto suceda ¿porqué la media de edad materna (de primera maternidad) en nuestro país es de 33 años? ¿Porqué somos el país europeo con madres de edades más avanzadas?.

Hay un gran número de mujeres de las que no se habla, para las que su deseo de maternidad no será una realidad. El silencio o la invisibilidad nos muestran el tabú que hay alrededor de este hecho. Quizás no se pudo materializar, por razones de circunstancia vital, o porque después de un largo proceso de reproducción asistida finalmente no sucedió. Es necesario visibilizar, conocer y profundizar en todo lo que implica vivir este suceso de vida, es imprescindible un abordaje holístico de esta realidad.